El juego del Uno es un popular juego de mesa de cartas ideal para los viajes, ya que no necesita tablero y solo necesitamos una baraja. El juego consiste en conseguir ser el primero en quedarse sin cartas. Para ello debemos ir colocando las cartas de nuestra mano sobre el montón central. Se pueden colocar las cartas que sean del mismo color o que tengan el mismo número. También existen una serie de cartas comodín, que pueden ser utilizadas.
Las cartas se dividen en números de colores y cartas de acción, que nos permiten elegir el color de la próxima carta, cambiar el sentido del juego, saltar a un jugador o hacerle que tenga que robar un determinado número de cartas.
En caso de no disponer de cartas que echar al centro, debemos robar una carta del montón. Igualmente, si solo nos queda una carta debemos decir UNO sino robaremos una carta. Asimismo, si nos saltamos el turno o nos equivocamos, tendremos la misma penalización.
El juego posee una segunda parte, llamada DOS, sin ser excesivamente imaginativos en su denominación. La esencia del juego es la misma que la de su predecesor, con novedades en el uso de dos mazos centrales, nuevas cartas, etc. Además, la regla de tener que decir UNO cuando te queda una carta cambia «drásticamente», al tener que decir DOS cuando te quedan dos cartas.