Las tortugas son reptiles que se caracterizan por su caparazón único y su longevidad excepcional. Estos fascinantes animales han existido durante millones de años y se encuentran en una variedad de hábitats terrestres y acuáticos en todo el mundo. Uno de los rasgos más distintivos de las tortugas es su caparazón, que es una estructura ósea que cubre su espalda y actúa como protección contra depredadores. A menudo, las tortugas pueden retraerse completamente dentro de su caparazón para defenderse. Las tortugas se dividen en dos grupos principales: las tortugas marinas y las tortugas terrestres. Las tortugas marinas, como la tortuga verde y la tortuga boba, pasan la mayoría de sus vidas en el océano, donde son expertas nadadoras y viajan grandes distancias para poner sus huevos en las playas.

Por otro lado, las tortugas terrestres, como la tortuga de caja y la tortuga rusa, viven en tierra y son herbívoras. Las tortugas son conocidas por su longevidad, con algunas especies que pueden vivir más de 100 años. Su reproducción es vital para mantener las poblaciones, pero muchas especies enfrentan amenazas como la pérdida de hábitat, la contaminación y la captura ilegal. La conservación de las tortugas implica la protección de sus lugares de anidación y alimentación, así como la promoción de prácticas sostenibles que eviten la explotación de estas especies. Estas criaturas antiguas son un recordatorio de la importancia de preservar la biodiversidad y los ecosistemas naturales en todo el mundo.