Las ardillas son pequeños mamíferos roedores pertenecientes a la familia Sciuridae y son conocidos por su comportamiento juguetón y su habilidad para trepar y saltar árboles con agilidad. Están distribuidas en todo el mundo, excepto en Australia y la Antártida, y existen más de 200 especies de ardillas. Las ardillas varían en tamaño y color, pero en su mayoría tienen cuerpos esbeltos, colas largas y peludas, y dientes afilados que crecen continuamente. Estos dientes les permiten roer nueces y otros alimentos duros, y también desempeñan un papel en el mantenimiento de sus dientes. Su dieta es variada y suele incluir nueces, semillas, frutas, hongos e incluso insectos.

Además, son conocidas por almacenar comida en pequeños escondites llamados «agujeros de ardilla» para su uso posterior. Las ardillas desempeñan un papel importante en los ecosistemas al dispersar semillas y contribuir a la regeneración forestal. También son una fuente de alimento para depredadores como aves de presa y serpientes. A pesar de su presencia común, las ardillas enfrentan amenazas como la pérdida de hábitat debido a la deforestación y la urbanización. Sin embargo, su adaptabilidad y capacidad de reproducción han permitido que muchas poblaciones persistan.